Defender los bosques para defender la vida


«Desde la laguna de Venecia hasta los bosques de Vicenza. El único mega proyecto es defender la salud, el medio ambiente y los territorios». Así comienza el texto de presentación del “Venice Climate Camp”, que este año excepcionalmente se hará desde el 5 hasta el 8 de septiembre en Vicenza en lugar de la sede habitual en la laguna de Venecia. Cambia la sede y el nombre - este año se llama “Woods Climate Camp” - pero no cambian los motivos para este nuevo encuentro internacional promocionado por los Centro Sociales del Noreste de Italia, la organización política che agrupa los centros sociales ocupados de las ciudades de Venecia, Treviso, Padua, Vicenza, Schio y Trento, con el imprescindible apoyo de la comunidad local.

El cambio de lugar se dió en primavera cuando en la ciudad de Vicenza empezaron los trabajos por la línea del tren a alta velocidad, la llamada TAV. Los ciudadanos de Vicenza se dieron cuenta que el tren debía pasar por uno de los últimos pulmones verdes de la ciudad, el bosque Lanerossi, y así comenzaron a protestar y a resistir antes el avance de las máquinas que llegaron para destruir el bosque. Desde el 3 de mayo los activistas defendieron y liberaron más de 25 mil metros cuadrados de bosques, construyendo resistencias y debates públicos para visibilizar la lucha.

«El proyecto TAV en Vicenza, con un coste estimado de 2,2 mil millones de euros por solo 6 km de ferrocarril, prevé nueve años de obras y 250 mil metros cuadrados de obras en el centro de la ciudad, lo que implica la desaparición de casas, áreas verdes y bosques. Durante el proceso de diseño, los pasos democráticos fueron ignorados, impidiendo que la ciudadanía se expresara y difundiendo información sobre el impacto ambiental de manera fragmentaria».

El programa del campamiento es muy intenso, será un laboratorio de reflexión, organización e iniciativa política; habrá debates públicos, asambleas, talleres y, obviamente una grande manifestación nacional el día 7 de septiembre. Se hablará del tema del agua que, de "bien común" por excelencia, se está convirtiendo cada vez más en el símbolo del extractivismo contemporáneo, sin olvidar la contaminación de las industrias que representa la otra cara de la misma moneda. Otro debate habrá como tema la guerra explorando la compleja relación entre la guerra global y la crisis climática, considerando la guerra como elemento estructural de la acumulación capitalista. El tercero debate será sobre las luchas de las mujeres porqué dar una perspectiva feminista a la lucha ambiental es más que nunca una urgencia, una perspectiva que cuestiona las formas de dominio, jerarquía y apropiación típicas de la modernidad capitalista, patriarcal y antropocéntrica.

Habrá también espacios para hablar de la guerra en Palestina y en Sudan, del tema del trabajo con el Colectivo de fábrica GKN, de periodismo investigativo y del arte para discutir el papel que puede desempeñar en la creación de nuevas ecologías radicales. Los asistentes llegarán de toda Italia pero habrá también invitados que llegan desde Europa - o como dicen los zapatistas, desde Slumil K’ajxemk’op, Tierra Insumisa) como por ejemplo los activistas franceses del movimiento Les Soulèvements de la Terre que se opone a la devastación ambiental causada por las grandes obras industriales y la agricultura intensiva.

Por los movimientos sociales del noreste de Italia el Woods Climate Camp es un encuentro muy importante. Así lo explican los activistas en el comunicado: «la construcción de grandes infraestructuras como el TAV en Vicenza es un ejemplo de un conflicto más amplio entre los intereses económicos, la cementación y la crisis ecológica. Como desde hace más de treinta años estamos viendo en Val Susa, y como por ejemplo estamos viendo en México con la construcción del Tren Maya, este tipo de batallas han puesto de manifiesto cómo las grandes infraestructuras de movilidad no son simplemente proyectos de transporte, sino que representan nodos cruciales en los flujos financieros globales, en las redes de logística, en la turística de los territorios. Facilitan la rápida circulación de mercancías y capitales, sirviendo a los intereses de una economía neoliberal que privilegia la velocidad y la eficiencia en detrimento del bienestar ecosistémico».

La perspectiva europea se hace necesaria porqué si bien las luchas son diferentes, el enemigo es el mismo: «desde arriba y entre los árboles de los bosques que resisten - escriben los activistas - el otro lugar se ve claramente. Se ven bien las luchas contra las cuencas y la privatización del agua en Francia; las luchas para defender los bosques de la expansión de minas y distritos industriales en Alemania; la lucha para detener el TAV en Val di Susa y todas las demás experiencias de resistencia de activistas por el clima en el mundo».

Hay que resistir, organizarse, luchar. Y subir los árboles porque solo desde lo alto de nuestros árboles podemos ver un futuro diferente.

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