Tapachula, frontera sur de México: miles de personas atrapadas por el fracaso del sistema de asilo


Entrevista en exclusiva por Melting Pot a Nimsi Arroyo, coordinadora de la comunicación social del albergue della Hospitalidad y Solidaridad de Tapachula. 

La re-apertura de las fronteras en la mayor parte de Centroamérica hace unos meses ha puesto en marcha el flujo migratorio hacia Estados Unidos. Miles de migrantes y solicitantes de asilo han comenzado a caminar de nuevo hacia el norte, pero se han chocado con el “muro” erigido por el presidente mexicano López Obrador: un muro no de ladrillos ni de redes, sino de militarización en toda la frontera sur (y también norte), represión, deportaciones y largos trámites burocráticos de difícil acceso que hacen prácticamente imposible regularizar a los migrantes. Por todo esto, la ciudad fronteriza de Tapachula (320.000 habitantes) se ha convertido en un embudo en el que miles de migrantes y solicitantes de asilo permanecen atrapados sin posibilidad de movimiento ni ninguna posibilidad de sobrevivencia. En las semanas pasadas, los migrantes, en mayoría haitianos y centro americanos, han organizado al menos cuatro “caravanas de migrantes” en pocos días y han intentado cruzar el país no solo para llegar a Estados Unidos, sino también para salir de la ciudad de Tapachula y del estado de Chiapas, donde no hay condiciones básicas para vivir.

Algunas fuentes hablan de más de 77.000 personas que han buscado protección en México este año, y de estos 55.000 en Tapachula. Llegan da países como Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, Haiti y Venezuela y una parte significativa son mujeres y niños. «Llevan meses en el limbo esperando que se resuelva su situación», denuncia MSF en una nota de prensa.

La respuesta del gobierno de López Obrador ha sido una sola: la represión. Con acciones muchas veces violentas y perjudiciales para los derechos humanos de los migrantes, la Guardia Nacional y los funcionarios del Instituto Nacional de Migración, los han disuelto a todos, con bloqueos y redadas de sorpresa incluso durante la noche y con el consiguiente abandono de los migrantes detenidos en zonas aisladas más allá de la frontera, como han denunciado muchos defensores de derechos humanos que piden al gobierno mexicano el libre transito y el fin del uso de la fuerza contra las personas. Hasta hoy, se han detenido a 147.033 personas indocumentadas, tres veces más que en el mismo periodo del 2020, cuando se registraron 48.398 detenidos, según el INM (Instituto Nacional de Migración).

En esta entrevista exclusiva para Melting Pot, Nimsi Arroyo, coordinadora de la comunicación social del albergue Hospitalidad y Solidaridad de Tapachula, habla de la difícil situación que se vive en la “ciudad-cárcel” chiapaneca.

La semana pasada al menos 4 caravanas de migrantes y refugiados centro americanos y haitianos ha intentado salir de Tapachula y del Estado de Chiapas con el objetivo de llegar a la frontera norte con los Estados Unidos. Cuales son las causas de esta nueva oleada de caravanas?

Las causas podríamos decir que corresponden a varios factores, uno de los más importantes sería el impactó que tuvo la decisión de Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) de cancelar sus citas de forma presencial para hacerlo de forma virtual y el retraso de algunas citas hasta febrero de 2022, aunado a esto, las condiciones de Tapachula como ciudad no son del todo positivas para la población en movilidad pues es complicado acceder al tema del empleo y vivienda, dos elementos básicos para que cualquier persona pueda vivir dignamente; finalmente, pues el tema de la barrera del idioma está presente tanto para disminuir su atención ante las instancias públicas como para su contacto en la ciudad y en definitiva, esto suma una dificultad más a la situación.

Tapachula fue renombrada “ciudad-cartel”, porqué los migrantes no pueden salir pero al mismo tiempo la ciudad no tiene estructuras y recursos por la acogida de los miles de migrantes que llegan. Tampoco hay posibilidad de sobrevivir, con el peligro real de finir deportados o en mano a la criminalidad organizada. Cual es la situación en la ciudad y en los albergues como lo de ustedes que se ocupan de la acogida?

Tapachula es una ciudad compleja en muchos sentidos, tanto para las personas tapachultecas como para las personas en migrantes que la tránsitan y para las refugiadas que se quedan en la ciudad. De inicio, en términos de infraestructura, es una ciudad pequeña para la gran cantidad de población que alberga, además, como bien dices el tema de recursos es sumamente importante pues hay un tema importante de desempleo en general para toda la población y sin empleo pues el ingreso económico se dificulta y esto tiende a disminuir en gran medida la calidad de vida de cualquier persona, a esto, sumemos la condición de ser migrante o refugiado que muchas veces puede implicar prácticas xenofóbicas o discriminatorias por algunos sectores de la sociedad. En ese sentido, nosotros como albergue que trabajamos con la población refugiada y solicitante de la condición, ponemos mucho énfasis en seguir sensibilizando a la población tapachulteca sobre el tema para que el tema de la acogida cada día mejore para las personas.

No obstante muchos migrantes sean refugiados y tienen documentos que les permite de circular en todo el País, la respuesta del Gobierno fue inflexible: represión y deportación de los “rescatados”. Que piensan de la respuesta del Gobierno de López Obrador?

Creemos que cuando se habla de migrantes y personas refugiadas, la perspectiva de derechos humanos debe estar al centro de la discusión; sin duda consideramos que ser solidarios y hospitalarios es el camino para abordar el tema y brindar soluciones que dignifiquen a las personas en situación de movilidad.

Otra cosa que se le reprocha al gobierno es la lentitud de las instituciones para responder a las solicitudes de asilo y a la regularización de los migrantes. ¿Cómo funciona la entrada al país para los migrantes y solicitantes de asilo, también a la luz de las regulaciones anti-covid?

Bueno, el funcionamiento ha ido teniendo sus cambios precisamente por el tema de la pandemia, el último de ellos fue el que se comentó antes donde las citas se cancelaron de forma presencial y pues ello generó una reacción en las personas pues no todas tienen acceso a internet, computadores o celulares inteligentes para dar inicio o seguimiento a si tema, además, es importante considerar que en el caso de Tapachula pues son muchas personas que provienen no solo de Haití, también hay del Caribe, Centroamérica y de partes de África que hoy en día buscan asilo en el país, y la gran mayoría lo hace justo en Tapachula lo que sin duda, genera una cantidad importante de solicitudes y la realidad es que las instituciones no se dan a basto para atender la demanda.

En estos días López Obrador ha utilizado mucha propaganda, tanto diciendo que la represión sobre los migrantes era para protegerlos del crimen organizado en el norte, como afirmando que gracias a programas estatales como “Sembrando Vida” el gobierno se está comprometiendo con los migrantes. ¿Cuánta verdad hay en estas declaraciones?

En el sur está el programa de Bienestar, en el que las personas solicitantes pueden trabajar por un período de 3 meses, donde realizan actividades de limpiezas de las calles y diferentes espacios. Pero la realidad es que cada día es mas difícil que las personas puedan ingresar a esos programas por recorte de presupuesto y entonces, eso nos lleva al inicio, donde pues no hay condiciones para una vida digna de las personas.

Se habla mucho de la sumisión del gobierno mexicano al gobierno de Estados Unidos sobre el tema de los migrantes. ¿Cuánto cree que la imposición de Trump de esta línea ha influido en las decisiones recientes de López Obrador? ¿Ha cambiado algo con el nuevo presidente Biden?

Bueno, en temática migratoria los cambios no siempre son perceptibles al momento cuando se víncula una relación con otro país, en este sentido, en realidad consideramos que el tema no ha presentado mayores cambios ni para bien ni para mal.

Ya se habla de nuevas caravanas en los próximos días, semanas, meses. En su opinión, ¿puede la represión por sí sola resolver el “problema“, cada vez más creciente, del flujo migratorio hacia Estados Unidos en medio de una crisis pandémica, social, política, económica, sin precedentes?

No, la represión y el uso excesivo de violencia no solucionan nada de la situación, al contrario, logran crear una mayor tensión lo que está claro que no es conveniente para nadie, la violencia nunca es el camino para solucionar problemáticas que son estructurales.

Publicado en Melting Pot